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La oportunidad de Europa

Desde adolescente he estado rodeado de personas que tenían claro su futuro académico y profesional. Personas que desde antes del instituto sabían qué carrera iban a estudiar y donde iban a trabajar.

 

 

Mi caso fue completamente diferente, no paraba de ver grados que no tenían nada que ver conmigo y de sentir que esas salidas profesionales no estaban hechas para mí. Y fue entonces, tras 3 años de bandazos académicos, que la aleatoriedad de la vida me llevo a iniciar la etapa universitaria que nunca pensé que finalizaría. Pero me equivocaba, y sin ni si quiera ser consciente de ello, iba aprobando cursos y cuando pude ser consciente, ya estaba en el Master de Sistemas de Información Digital.

El máster comenzó, y una nueva decisión me trasladó a la misma situación emocional que me había llevado años antes la elección del grado. Tenía que elegir donde realizar mis prácticas. Tenía que elegir el lugar en el que iba a pasar los últimos dos meses de mi etapa universitaria, y aunque nada me llamaba demasiado la atención, y sin haberme sentido nunca demasiado europeo, “elegí” el centro Europe Direct Salamanca.

Pasó la Semana Santa, y llego el día de comenzar mis prácticas. Con pocas expectativas – debido a mi desinformación sobre el centro – y un poco perdido, me encontré con los brazos abiertos de la directora del centro y de las que serían mis compañeras, explicándome cual iba a ser mi sitio de “trabajo” y cuales eran las tareas y actividades que realizaban en el centro.

Los días pasaron apresuradamente y tras realizar numerosas tareas – seminarios, revisión de artículos, promoción en redes, organización de actividades, etc. – reflexioné sobre la importancia de la Unión Europea, y más aun siendo el año de la Juventud.

Y fue en ese instante en el que tuve consciencia de que el centro Europe Direct es una alegoría de la Unión Europea. Un lugar donde independientemente de tus circunstancias personales se te da una oportunidad, donde el debate está a la orden del día y lo más importante, donde tu opinión cuenta.

Por todo ello, puedo decir que yo no elegí la universidad, ni el Centro Europe Direct, ni la Unión Europea, fueron ellos los que me encontraron a mí.

 

Porque, aunque elegí no elegir, siento que no podría haber ocurrido de otra manera.

Víctor Maide Sánchez

 

                                                                                              Máster en Sistemas de Información Digital